Este documental te llevará a través de las raíces artajonesas de David Beriain. Recorremos los cimientos que formaron su carácter, desde la influencia de su familia hasta el legado de sus amigos y profesores más cercanos.
«Alas y raíces» es más que un simple documental; es un tributo a la fuerza de las conexiones personales y la importancia de nuestras raíces en la búsqueda de la libertad.
Una producción del TFG Fundación David Beriain integradado por Jacobo Gimeno, Unai Cantero, Miguel Ángel Iribarren, Pilar Ramón, Carmen Baleztena, Irene Ortiz, Natalia Vallejo, Íñigo Leiva, María Bergera y Sarelys Herrera.
Varios paseantes se detenían esta tarde sobre el arco central del puente de la Magdalena. Miraban perplejos las capturas de tres pescadores que realizaban sus lances aguas abajo del río Arga. Allí Pep Serra, su hijo Mael Serra e Ibón Soteras exponían dos esferas de hierro macizo que acababan de sacar del lecho fluvial. La adquisición la habían realizado utilizando únicamente unos imanes de neodimio atados a un extremo de una cuerda de escalada. Esta actividad se llama pesca magnética y es una afición que resulta compatible con el voluntariado que realizan desde hace años: limpiar el cauce del río navarro.
"Son balas de cañón de la Tercera Guerra Carlista", aseguraba Pep Serra según un primer reconocimiento realizado por arqueólogos navarros que están en contacto con ellos. Los proyectiles de unos 9 y 6 kilos respectivamente habrían permanecido en el fondo del Arga desde la década de 1870, cuando tuvo lugar la tercera contienda carlista. Algo que les aseguran desde Arqueología Navarra es que en la zona tuvo que haber un batallón en esa época, y prueba de ello es que estos pescadores magnéticos, que se hacen llamar Magneto Anglers (Anzuelos magnéticos), han sacado ya unos 40 proyectiles similares en esta zona de la Txantrea.
"También hemos encontrado un subfusil de la guerra civil y una carabina -añade Serra hijo-, el subfusil es un Labora Font Bernart de fabricación catalana". El joven pescador relata cómo se sorprendieron los agentes de Policía Nacional cuando contactaron con ellos tras el hallazgo y vieron el arma. "Está en muy buen estado de conservación", relata Soteras dispuesto a enseñar una fotografía del arma rescatada.
Subfusil Labora Font Bernart encontrado en el Arga junto a varios proyectiles de cañón y balas.Foto: Ibón Soteras
La ley exige a quienes encuentran un artefacto explosivo, munición o armas a ponerse en contacto con la autoridad encargada de su revisión, registro y desactivación si fuese necesario, a efectos de eliminar riesgos derivados de explosiones. En el caso de los proyectiles macizos -sin capacidad explosiva- y solicitado por Policía Nacional para evitar una saturación del servicio por los continuados descubrimientos, permiten a estos pescadores magnéticos acumular cierto número de ejemplares, para después realizar entregas más distanciadas en el tiempo, a ellos o al departamento de arqueología de Navarra.
Labor de limpieza
Pese a que encontrar estos elementos castrenses adquiere un nivel noticioso y asombrante, la labor de estos pescadores no se basa en deleitar a los viandantes con objetos bélicos. La principal función de esta afición que comparten Serra, padre e hijo, Soteras y un cuarto amigo llamado Oscar González es limpiar de chatarra el río Arga.
Objetos metálicos sacados del Arga. Foto: Ibón Soteras
Chatarra metálica del Arga. Foto: Ibón Soteras
Hasta ahora, su tramo de actuación ha sido el cauce que va desde el Batán de Atarrabia hasta la zona de Trinitarios. Aseguran que han sacado todo tipo de objetos metálicos como tijeras y clavos pero también carros de la compra, bicicletas y hasta un asiento de un coche. Diferencian las zonas según la cantidad de basura metálica que han conseguido recuperar y la peor puntuación se la lleva el tramo que recorre el barrio de la Rotxapea. Abundan los desperdicios en el lecho rochapeano, donde han encontrado la mayoría de objetos voluminosos que se han descrito.
Técnica sencilla
La manera de conseguir sacar las piezas metálicas del fondo fluvial es sencilla y guarda muchas similitudes con la pesca tradicional. De este antiguo arte se precisa sobre todo la paciencia que hay que tener.
Es preferible buscar un sitio elevado desde el que lanzar los imanes de neodimio que van atados al extremo de una cuerda de escalada -en este caso- de varios metros. También se pueden realizar lances desde la orilla, pero es más probable que el imán se quede enganchado entre las raíces que extienden por el fondo los chopos y sauces del soto.
La técnica consiste en balancear el imán con una mano para que consiga la suficiente inercia antes de ser lanzado hacia el agua. En la otra mano hay que sujetar el sobrante de cuerda que se irá extendiendo detrás del imán cuando este se dirija hacia el río. Es conveniente atar el extremo opuesto de la cuerda a algún sitio fijo para evitar perder el cabo.
Ver vídeo de un lance de Ibón Soteras
Una vez lanzado y en el fondo, hay que recoger poco a poco la cuerda y sentir en ella cómo se comporta el imán. Cuando algún elemento metálico queda pegado a la pieza de neodimio, el peso aumenta e "incluso se suele escuchar el ruido", comparte Soteras.
Conseguida la unión, solo hace falta ir sacando poco a poco la cuerda para conseguir traerlo hasta tu posición. Los imanes que utilizan los miembros de Magneto Anglers oscilan entre los 180 kg y los 700 kg de fuerza real. Se pueden adquirir por internet.
Voluntariado
"Me dedico a limpiar el cauce del río desde hace 3 años", confiesa Pep, que ahora utiliza imanes como su hijo para llegar a aquella basura que hasta hace poco era inalcanzable. Vicariamente colaboran con la arqueología local cada vez que encuentran algún objeto olvidado en el tiempo, pero sobre todo, lo que ganan es la felicidad que aporta el voluntariado. El beneficio de una actividad altruista es intangible, invisible, muchas veces incomprensible, pero de cualquier forma es el magnetismo más grande que nos puede unir como personas a esta tierra. Gracias a todas esas personas.
The Love Emporium es el nuevo grupo del cantautor londinense Paul Bentham. Tras terminar recientemente la etapa de grabación, la banda confirma que ya tienen listos 4 temas que darán forma a su primer trabajo.
Para conocer los detalles de este nuevo proyecto, La Plazuela ha entrevistado a Paul Bentham, compositor y profesor de inglés que, desde su llegada a Pamplona en 2005, ha estado involucrado en la escena musical local, formando parte de bandas como The Caravinagres, Hermano Lobo o Descalzos 66.
Escucha la entrevista a Paul Bentham
The Love Emporium son:
Paul Bentham: Voz y guitarra acústica (De pie a la izquierda)
Marijose Rández: Voz y percusión (De pie a la derecha)
Carlos Ortiz «Txarli»: Contrabajo (Abajo a la derecha)
Xabier Mendia: Piano (Abajo a la izquierda)
Para enterarte de las últimas novedades de «The Love Emporium» puedes consultar su Instagram
Un grupo de personas ha comenzado esta mañana a trabajar enauzolan para poner en marcha un nuevo local autogestionado en el barrio de la Rotxapea. Está situado en la calle Artica, frente al número 16, y cuenta con un amplio espacio. «Aporta muchas posibilidades -aseguran desde la organización-, para dar cabida a numerosas iniciativas vecinales que se demanden».
Auzolokal
En una rueda informativa a la que ha acudido La Plazuela, la organización a cargo del nuevo local de la Rochapea -todavía sin nombre-, ha explicado que el barrio tiene una serie de demandas de sus habitantes que precisan de lugares como el que se ha comenzado a crear. «Hasta ahora, se habían intentado diferentes formas de obtenerlos, como la okupación -apuntan los y las portavoces de la reunión-, pero esto supone una inestabilidad grande para cualquier proyecto, ya que precisa de un respaldo detrás». «Los permisos conseguidos te los pueden retirar, por ejemplo con un cambio de gobierno en el Ayuntamiento», afirman los y las interlocutoras. Ante este problema se ha optado por la fórmula del alquiler, o mejor dicho alkiler.
Espacio intergeneracional e intercultural
Tras un análisis de la estructura poblacional de la Rochapea, la organización de este nuevo espacio reconoce que hay una mayor movilización juvenil que demanda este tipo de lugares, aunque añaden a los y las asistentes: «Queremos dar cabida a otras realidades de cualquier tipo de edad, buscamos llegar a los distintos perfiles que actualmente existen en el barrio». La multiculturalidad de los y las habitantes del barrio precisa la necesidad de «Tejer redes con los inmigrantes y con otras personas que no hayan tenido contacto con la autogestión», concretan los y las portavoces. Desde sus inicios quieren ser un espacio referencial del barrio y para el barrio.
No buscan ser una coordinadora de colectivos
De anteriores experiencias y ante la preocupación de que al introducir colectivos ya consolidados en la gestión de este nuevo espacio, estos prioricen sus intereses a los del barrio, los y las promotoras de esta idea prefieren que la organización del nuevo centro vecinal se gestione de forma asamblearia. Se celebrarán reuniones periódicas para asegurar la correcta gestión del espacio. La primera cita planificada en el calendario se ha fechado el 21 de enero y se abordarán temas iniciales como los pagos del alquiler o el nombre del local.
Formas de pago del alquiler
Una de las principales razones que ha llevado a varias personas del barrio a comenzar esta iniciativa ha sido la de encontrar unas buenas condiciones de alquiler facilitadas por una vecina del barrio. «Es un local grande y está bastante bien de precio», aseguran desde la organización. El dinero mensual necesitado va a tener dos formas de conseguirse. Por un lado, se puede girar mensualmente un importe acordado a un número de cuenta o también se pueden rellenar unas fichas de cargo bancario con los y las gestoras económicas del local, y por otro lado, se puede realizar un traspaso del importe mediante Bizum. Tanto el número de cuenta, como el de Bizum estarán disponibles para la asamblea del día 21 de enero.
Hasta el momento, las tareas a las que están dedicándose los y las usuarias del nuevo local vecinal, están referidas a la limpieza y restauración de desperfectos. Hoy mismo se han comenzado tareas de raspado y lijado de paredes para su posterior pintado. Si quieres conocer el local, desde la organización animan a visitar en nuevo proyecto esta tarde (4 de enero) a las 18:00 horas donde se va a realizar una entrega de regalos a los y las más txikis tras una iniciativa de Gazte Mugimendu y Haritu en la que han realizado una recogida de juguetes en el mes de diciembre para su posterior reparto.
Galería
Fotografía: Iñigo Leiva
Pie de foto: Imágenes del nuevo local vecinal de la Rochapea donde varias personas han comenzado los trabajos de limpieza y de lijado y raspado de las paredes para su posterior pintado.
En el Parque de la Taconera de Pamplona, un grupo de ardillas rojas (Sciurus vulgaris) se ha convertido en la principal atracción de los visitantes que acuden a ver los animales. «¡Mira, allí hay dos! No, ¡espera, son tres! ¡Y mira, otra más!», grita un niño emocionado. Estos pequeños mamíferos, con cuerpos que miden entre 19 y 24 cm y colas peludas y esponjosas de hasta 20 cm, encuentran su hábitat entre los árboles de este parque y captan la atención de quienes visitan los jardines en busca de las ciervas, por ser más cercanas y simpáticas.
No tienes más que sentarte a ver a estas ardillas hiperactivas para darte cuenta de que son las favoritas de muchos txikis. El Parque de la Taconera cobra vida con la presencia de estos animalicos con pelajes que van desde el marrón oscuro o negro hasta tonos más claros, rojizos y pardos. Su actividad durante el día y sus movimientos ágiles no pasan desapercibidos para quienes pasean por los senderos alrededor de los fosos de estos jardines. De repente, en mitad de la tranquilidad matinal que caracteriza al parque, se escucha, «tac, tac, tac». Un rítmico golpeteo rompe el silencio de la zona y pone en alerta a todos los ejemplares de ardilla roja. El sonido proviene de una familia que se acerca. Es un padre que acompaña a sus hijos y en la mano lleva un par de nueces que golpea entre sí y reproduce un sonido que llama la atención de las ardillas. Cuidadosamente acuden al lugar varias urtxintxak y rodean amablemente a la familia que porta el alimento. Esperan pacientes a que los niños esparzan sobre el murete perimetral del parque los trocitos de nuez para entonces sí, bajar de las ramas y alimentarse.
Estas ardillas urbanas construyen sus hogares en nidos esféricos, con un diámetro de entrada de aproximadamente 22 cm, ubicados entre las ramas de los árboles o en oquedades de los troncos. Estos nidos les ofrecen refugio y están recubiertos con materiales naturales como musgo y hojas. Las ardillas tienen varios nidos. Esto les permite cambiar de uno a otro para despistar a sus depredadores. En este entorno, las ardillas deben cuidarse principalmente de especies voladoras como las aves rapaces, así como de otros pájaros oportunistas como la picaraza. La dieta de las ardillas incluye semillas y frutos como las sámaras de los arces (helicópteros), bellotas, piñas; además de las nueces que les proporcionan los vecinos de la ciudad. Aunque su presencia es silenciosa, las ardillas urbanas agregan un toque de naturaleza a la urbanidad del parque.
Es curioso ver a estas ardillas rojas involucradas en sus interacciones sociales, correteando por el suelo y jugando al «pilla, pilla» en los troncos de los árboles. Forman pequeños grupos que delimitan territorios con discretas marcas olfativas de orín. Estos animales no solo son parte del ecosistema del parque, sino que también se han convertido en testigos silenciosos de la vida urbana en Iruña. Su presencia reciente ya forma parte del paisaje que da vida a este rincón de la ciudad.
Desde esta madrugada ya se puede disfrutar de Aaztiyen, el nuevo disco de Zetak, disponible en plataformas de acceso a música. Doce canciones de género electrónico que conforman una identidad sonora en la que Pello Reparaz, compositor y letrista, fusiona historias de corte nostálgico con temática mitológica y tradición.
Aaztiyen
Hay que esperar hasta la novena canción para comprender el título del disco. «Baina, herri bakoitzak bere euskalkia du», relata una voz, que en castellano significa: (Pero cada pueblo tiene su euskalki). Euskalkiak son los localismos que tiene el Euskera. A continuación, la locución explica que el significado de aaztiyen es: Hace poco.
Música tradiciónal feat. Electrónica
El término feat. es la abreviación que se usa en inglés para señalar una colaboración (featuring). La obra del músico arbizuarra consigue una simbiosis perfecta entre tradición musical y vanguardia. Zetak mezcla las técnicas más representativas de la música electrónica con instrumentos tradicionales como la alboka, la txalaparta y el pandero, que normalmente acompaña a la trikitixa. También emplea irrintziak.
Colaboran
El nuevo disco de Zetak también cuenta con la participación de otras artistas. En Entre carn i os, tema 5, podéis escuchar las voces mediterráneas de las tres integrantes de Marala. En el tema 8, Reparaz canta Eguzkiloreak con sus colegas de estilo y género musical Neomak. Un poco más adelante, en la canción 10, el dúo gallego Fillas de Cassandra interpreta Anguleele.
Estética
Zetak ha escogido la vestimenta de los Mamuxarros. Estos personajes mitológicos son oriundos de Unanu, junto a Arbizu en la Sakana. Otro rescate cultural cuya estética y atuendos dan portada al nuevo disco del compositor euskaldun. Aaztiyen.
Desde 2020, en la calle Mayor de Pamplona han abierto siete nuevos negocios. Las nuevas emprendedoras se mezclan con el comercio tradicional
Un tramo de acera enmoquetada al inicio de la calle atrae la atención de tres mujeres. Una felpa rojiza cubre el acceso a un local que tiene la persiana entreabierta y decorada con globos de color lila. Las señoras se acercan y agachadas, husmean el interior del recinto desde donde se escucha música comercial. Mezclados con la melodía, los golpes de un martillo marcan el compás de la canción y en el ambiente se aprecia olor a pintura. La más curiosa de las viandantes comienza a entablar una conversación con alguien que se encuentra tras la estera colorada. Los martillazos cesan y la persiana comienza a abrirse. En ese momento, sale una chica portando una bandeja llena de dulces, bombones y caramelos. Es Dalma Rua Padilla, la última emprendedora en establecer un comercio en la calle Mayor. Está de celebración y explica a sus huéspedes que en unas horas tendrá lugar la inauguración de su nueva tienda.
Recién llegada
Con 37 años, Dalma ha decidido lanzarse a regentar su propio negocio. Después de una década como empleada en un locutorio se ha sentido preparada para dirigir Transferencias de Dinero C/ Mayor 3. “Esto lo he construido con mis propias manos”, se enorgullece Rua en mitad de tienda. Todavía sin estanterías y con el característico eco de un espacio sin mobiliario, la joven boliviana explica por qué en una época en la que ya se pueden realizar transacciones dinerarias a través de internet ha decidido ofrecer ese servicio físicamente: “El tema del dinero es delicado. Aquí la confianza juega un papel imprescindible. Igual los jóvenes menos, pero la gente de más edad prefiere que se encargue una persona en la que confían”. El servicio que presta Rua desde la calle Mayor se centra en el envío de dinero al extranjero. No es una simple transferencia. Las personas que están ganando dinero en Pamplona y quieren enviar una parte a sus familias, que residen en otros países, deben tener en cuenta un cambio de divisas. De esto se encarga Dalma. “Las empresas con las que trabajo son las mismas con las que trabajan todos, entonces la gente confía”, explica Rua.
Dalma Rua en su nuevo negocio de la calle Mayor. Foto: Iñigo Leiva
El número 3 de la calle, donde la recién llegada ha montado su local, se encuentra entre dos de los negocios más antiguos de la calle. Sucesores de Ortega en el 1, de 1905, y Mercería Medina en el 5, de 1920. “El hecho de venir aquí fue porque vi que no había un comercio así en esta calle y, además, me gustaba mucho estar enfrente del palacio de Condestable –confiesa la emprendedora–, hay mucho movimiento”. La renta del local tiene un coste “normal”, según apunta Rua, para lo que hay en la zona. El recibimiento de los vecinos ha sido bueno. “Los vecinos me han dicho que les viene muy bien el servicio de fotocopias, porque no había”, transmite Rua.
El mostrador de la tienda está cubierto de entremeses, picatostes y tortillas. Espera a sus amigos y familiares para celebrar el comienzo de un nuevo proyecto. Quiere una cosa pequeña, pero con estilo, con alfombra roja y todo. La sonrisa que muestra Dalma Rua en su cara transmite ilusión y seguridad. Desea comenzar a trabajar y generar una cartera de clientes que confíen en ella para realizar sus movimientos de dinero.
El comercio se rejuvenece
La emprendedora más joven de la calle tiene su negocio en el número 26. Nerea Blanco Goñi ni siquiera alcanza con su edad esa cifra. Con 22 años regenta un estudio de tatuajes desde el año 2020, con una lista de espera de 4 meses. Desde muy pequeña tenía claro que quería dedicarse a tatuar y con la ayuda de sus padres orientó sus estudios a este sector. “Con 16 años decidí hacerme un tattoo y fue como un amor a primera vista –reconoce Blanco–, no podía dejar de pensar en aquel estudio”. Después de formarse en ciudades como Madrid y Barcelona, y tras muchas prácticas con piel sintética, recuerda con especial cariño sus primeras obras “Empecé tatuando a mi padre. Eso fue muy guay. Luego a mi mejor amiga”. Poco a poco fue dándose a conocer y el boca a boca le ayudó a llegar cada vez a más gente.
“Qué hará esta niña con un negocio de tatuajes aquí”.
Nerea Blanco frente a su estudio. Foto: Iñigo Leiva
En la esquinada recepción de su estudio, la joven tatuadora expone al público varios títulos obtenidos de los seminarios que ha ido realizando. El escaparate exterior muestra imágenes de sus trabajos, añadiendo un toque moderno a la fachada de una de las calles más antiguas de la ciudad. “Estaba interesada en tres calles. La Estafeta, Chapitela y la calle Mayor porque son las tres calles de lo viejo con más afluencia de gente”, anota Blanco. Valoró los locales y decidió abrir un 3 de enero de 2020. Muy mal comienzo debido al inminente confinamiento. Pero Blanco no se rindió. Tenaz, a la vuelta de la cuarentena cogió de nuevo los bártulos y siguió adelante con su proyecto. “Qué hará esta niña con un negocio de tatuajes aquí”, escuchó alguna vez desde la calle la joven artista.
Pero lejos de desanimarse, Nerea Blanco consiguió convencer con su trabajo y a día de hoy son varios vecinos de la calle quienes han pasado por la aguja y la tinta de la tatuadora. Los comerciantes aledaños también están encantados por la presencia del nuevo estudio. “Yo te diría que el 90% de mis clientes vienen a través de las redes sociales. Sobre todo de Instagram”. Al igual que los jóvenes de su edad, Nerea Blanco es una nativa digital y las redes sociales permiten que su escaparate y, por lo tanto, la calle Mayor lleguen a lugares que están más allá que los límites marcados por las iglesias de San Cernin y San Lorenzo.
Escaparate subversivo
El carácter comercial de la calle Mayor atrae a una gran variedad de comercios. Una de las últimas empresas que se han instalado en la antigua rúa de la Corregería es Txalaparta. Después de funcionar durante 35 años como una editorial, el pasado 22 de septiembre se presentaron las oficinas y la nueva librería con local en la calle Mayor 63. “La nueva sede nos permite seguir cerca de nuestra comunidad y ofrecerle un nuevo punto de encuentro”, destaca Iñigo Fernández Oregi, trabajador de Txalaparta. La empresa la componen siete personas y es oriunda de Tafalla. Trabajan, sobre todo, con publicaciones de corte social y político, en todo tipo de géneros: ensayo, narrativa, cómic y literatura infantil y juvenil. “Nuestra clientela es de un amplio rango de edad –analiza Fernández–, aquí vienen padres con hijos”.
A la hora de seleccionar este lugar no hicieron demasiado hincapié en su localización concreta. “Elegimos la ciudad, elegimos el barrio, pero el hecho de que apareciera esta oportunidad, esta bajera, fue algo más coyuntural”, revela Fernández, aunque reconoce que la calle Mayor es un gran escaparate para presentar el nuevo proyecto “De momento sabemos que es visible, que la gente cuando entra se sorprende, le gusta lo que ve y está contenta de tener un punto más de referencia cultural en Iruña”.
“Un lugar sin comercio local invisibiliza a sus vecinos”.
Dimelsa Quintero es la nueva dueña de Maitagarri. Foto: Iñigo Leiva
Una nueva vida
Solo con relevos generacionales se puede conseguir que un negocio adquiera la categoría de Los de toda la vida. Este es el caso de Maitagarri. Sus anteriores dueñas han vestido a abuelas, madres y nietas durante 36 años. Pero en febrero de 2023 pusieron punto y final a su vida laboral y anunciaron su jubilación. La casualidad hizo que Dimelsa Quintero Soto buscara un local para establecer un negocio de venta de artesanía y bisutería. “En la calle Pozoblanco hay varios locales grandes, pero son carísimos. Unos dos mil y pico. Ese precio no lo saco en un mes”, protesta la dependienta. Entró a Maitagarri y sintió que ese era el lugar. Por su forma de ser no quiso cambiar demasiado “Es una tienda que lleva muchísimo tiempo aquí. Soy de las personas que siempre me aferro a que estas cositas buenas no desaparezcan. Como no quería cambiar el nombre, me parecía bien seguir con la línea de ellas”, explica Quintero.
El hecho de mantener los proveedores que tenían antes ha ahorrado mucho tiempo a Dimelsa que sí que ha cambiado algún estilo. , aclara Quintero. Siguen acudiendo a la tienda las mismas clientas que tenían las anteriores dueñas. Defiende el trato cercano y la calidad de atención que permite este tipo de negocios, frente a otros establecimientos “Hay mucha gente que necesita tu consejo y que le ayudes a decidir y a combinar”, explica Dimelsa Quintero. La empresaria defiende el este formato de negocio no solo como un aporte de valor económico a una zona, sino como un baremo de riqueza social “Un lugar sin comercio local invisibiliza a sus vecinos”. Relata cómo todas las tardes, las vecinas de la calle acuden a la “tiendica”, como dicen ellas, y pasan un rato hablando. “Sabes que no van a comprar nada –explica Quintero–, pero al final es una labor que también nos corresponde”.
Nadie dijo que fuera fácil
A la altura de la calle Mayor 28, Ligia Culqui dirige el nuevo supermercado BM. Inició su andadura el 8 de junio de 2023 con mucha ilusión, aunque los comienzos no fueron buenos. “Sentí un poco de miedo al principio porque no obtuve los resultados que habían calculado desde la franquicia en el estudio de viabilidad”, reconoce Culqui. Tras los sanfermines, se popularizó y a partir de entonces, ha ido creciendo. Los vecinos están contentos y se alegran del servicio que damos. “No necesitamos ni salir de la calle”, apunta Gorka Lezaun, vecino de la calle Mayor, en referencia a los productos que se pueden comprar.
Al tratarse de una franquicia, a Ligia Culqui le propusieron desde BM el local en esta calle “Yo dije que sí, no lo dudé”, reconocía Culqui. Ha firmado un contrato de 10 años con la empresa, pero la encargada manifiesta con alegría que el local donde tiene el negocio se lo ha cedido el dueño con muy buenas condiciones “Nos ofertó un arrendamiento por 2 años y después la propiedad pasaría a ser mía, así que acepté”, confesaba muy feliz Ligia Culqui.
Y así, de esta manera, se suceden en este lugar comercios con más de cien años, con aquellos que llevan meses o incluso se acaban de estrenar, como en el caso del negocio de Dalma Rua. “Basta un poco de perspectiva y una pizca de humildad para darse cuenta de que tres décadas y media no son una gran cosa en la historia de la edición”, reconocen los socios de Txalaparta. El reto de pertenecer a ese grupo de negocios denominado Los últimos en llegar no reside en aguantar la cantidad de años que han sobrevivido los más longevos, el desafío reside en comenzar. “Todavía queda mucho por hacer”, confiesa Rua, señalando la pantalla del ordenador que ha tenido que retirar del mostrador para poder ofrecer un piscolabis a sus invitados.